Los desafíos invisibles de comunicar en campaña electoral

Si algo me marcó en los últimos meses fue haber llevado adelante la comunicación institucional del Ministerio de Turismo en plena época electoral. Al ser parte de un equipo pequeño, me tocó asumir múltiples tareas: desde la cobertura de actos y eventos hasta la planificación de contenidos que debían salir con claridad, rapidez y estrategia.

La comunicación en tiempos de campaña es dinámica y exigente: hay que estar atentos a los detalles, preparados para resolver imprevistos y tener la capacidad de transmitir un mensaje claro incluso en medio de la intensidad del momento.

El trabajo invisible detrás de cada publicación

Me gustaría destacar, en particular, el trabajo que no se ve en redes: lo que hay detrás de cada publicación. Actividades que surgen inesperadamente, coberturas en simultáneo, decisiones que se toman en segundos y mucho esfuerzo para que la información salga en tiempo real. Todo esto requiere coordinación constante, un equipo en sintonía que siga una misma lógica al momento de generar y publicar contenido y, sobre todo, empatía y compañerismo para que nadie se sature y podamos mantener el ritmo sin perder la esencia de lo que queremos comunicar.

Lecciones clave para una buena comunicación

Esta experiencia me recordó que hay cuestiones clave para una buena comunicación que no suelen estar escritas en un plan ni en ningún documento. Entendí que comunicar no es solo creatividad y planificación: es visión, es saber priorizar, tomar decisiones rápidas y mantener la coherencia del mensaje aun en medio de la intensidad. También es resiliencia, porque los imprevistos aparecen todo el tiempo y hay que estar preparados para adaptarse y resolverlos sin perder el foco.

La importancia del equipo

Sobre todo, comprobé la importancia de contar con un equipo sólido, que se complementa, se sostiene mutuamente y mantiene la energía para que cada acción, cada publicación y cada cobertura reflejen el trabajo que hay detrás: invisible para muchos, pero fundamental para que todo funcione.

Me quedo con la certeza de que la comunicación es tanto estrategia como humanidad: la estrategia marca el rumbo, pero es la humanidad del equipo la que lo hace posible.